La obsolescencia programada, no es un asunto trivial que se pueda o deba simplificar al absurdo. El avance de la ciencia y tecnología hace que todos los días sea posible mejorar los productos y servicios que se ofrecen a los consumidores. Eso es deseable, ético y la forma natural como evoluciona la naturaleza y la humanidad. Todo el sistema de desarrollo humano y bienestar actual está basado en círculos virtuosos de satisfacción de necesidades, lo que impulsa la inversión, creación de empleos, producción y con ello la satisfacción de esas necesidades. Si ese ciclo se rompe, todo el sistema deja de funcionar y eso reduciría la calidad de vida de la gente.
Cuando la obsolescencia se da como resultado del lanzamiento de mejores productos, a mejores precios por efecto de competencia entre productores de un bien y/o servicio no tengo nada que objetar. Pero cuando la obsolescencia es parte del diseño como en el caso de los chips que permiten solo la impresión de un cierto número de páginas en una impresora me parece que es un fraude que debe ser perseguido penalmente a menos que explícitamente se informe al consumidor sobre esos LÍMITES ARTIFICIALES.
Por otra parte, el decrecimiento económico no es más que un eufemismo para el retroceso y una menor calidad de vida para la gente. Sin embargo, es un hecho que los recursos en el planeta son finitos y no es posible continuar el desperdicio irresponsable que se ha hecho de ellos hasta ahora. Se debe tener lineamientos claros para una mejor utilización de los recursos y obligar a las industrias y a los consumidores a hacerse responsables de sus desechos. El costo de reciclaje debe ser adicionado a los otros costos para tener una mejor evaluación del costo/beneficio de cada uno de los productos al momento de la compra y no tenerlo como un costo oculto diferido que alguien tendrá que pagar el futuro.
En el fondo se encuentra el hecho de que la población humana no puede seguir creciendo irresponsable, por el contrario debe reducirse ordenadamente si es que se desea que tengan vidas dignas y no como ahora sucede, que la enorme mayoría de los seres humanos en el planeta viven en condiciones infrahumanas, sin oportunidades de desarrollo y sin calidad de vida. La humanidad se ha convertido en una plaga que consume recursos y destruye hábitats de muchas otras especies y pone en riesgo su propia viabilidad a largo plazo. Subyace en muchos debates actuales, sobre el calentamiento antropogénico, los recursos naturales, agua, petróleo, deforestación, extinción de especies, etc. que la causa primaria se encuentra en la sobrepoblación. Ya hemos rebasado la población que es viable mantener con calidad de vida digna en el planeta sin dañarlo irreversiblemente. Lo que debe decrecer ordenadamente es la población y no los ciclos de consumo y bienestar. Es simplemente otra forma de llegar al equilibrio sostenible a largo plazo, solo que éste es el único que logra hacerlo manteniendo e incluso incrementando el nivel de vida de la gente en las siguientes generaciones.
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