La estrategia para el combate al narcotráfico no podía estar más equivocada. Demagogia e ineptitud pura y dura de Felipe Calderón y su gobierno.
Si bien en primera instancia se justifica la presencia del ejercito para retomar el control en regiones completas del país, donde mandaban e imponían su voluntad de manera absoluta los carteles; y donde inclusive tenían comprados, amenazados y/o controlados a todos los niveles de gobierno -federal, estatal y municipal-, no se ha mostrado inteligencia, ni capacidad para una lucha de más largo aliento y de manera integral, atendiendo a las causas y a las debilidades estructurales.

El nivel de desempleo, sub-empleo, paupérrimos sueldos, exceso de regulación, burocracia y corrupción gubernamental, es tal, que incentiva a que la mitad de la economía esté en la informalidad. Y una buena cantidad de millones han preferido emigrar en años recientes, a pesar de poner en riesgo su vida y la de su familia, con la esperanza de un mejor futuro, mismo que les fue negado en su propio país.
A pesar de la ya de por si catastrófica situación nacional, expertos calculan que una quinta parte de la población del país depende de la derrama económica que produce la prospera industria de las drogas.
¿A quién quieren engañar con operativos militares?
Si la gente no va a dejar esa actividad porque simplemente no tiene otra opción para poder subsistir. Ni el país puede darse el lujo de prescindir de millardos de dólares por las exportaciones de drogas. Ese simple hecho ocasionaría un problema grave en la balanza comercial. Eso es algo que deberían saber los gobiernos de EUA y México. No hay forma de resolver el problema de raíz sin inversiones que incentiven la actividad económica.
Ningún combate serio al narcotráfico puede darse sin primero mejorar el nivel de vida de la gente y crear oportunidades para todos esos millones de desocupados y excluidos del progreso. Sin eso ninguna estrategia militar tendrá éxito. Y cuantas veces se intente combatir al narcotráfico por la vía armada, cuantas veces que serán corrompidos por el descomunal poder económico.

La única evidencia que puede indicarnos que el combate al narcotráfico es exitoso, es que el abasto se reduzca drásticamente y por ende los precios de las drogas se disparen. Y nada de eso se ha reportado en ninguna parte del mundo. Así que no le han dado un golpe significativo al crimen organizado en ya más de un año de la fallida estrategia militar.
¿Hasta cuándo van a entender el problema y actuar de manera congruente e integral?
Cada día que pasa hay más drogadicción, más consumo de drogas, más ejecuciones y más violencia.
¡México ya perdió la guerra y su gobierno ni siquiera se ha enterado!
¡Alguien avisele!